Pues el tiempo no para, nada importa
que los días vividos aproximen
el vaso de agua amarga colocado
donde la sed de vida se exaspera.
No contemos los días que pasaron:
fue hoy cuando nacimos. Sólo ahora
la vida comenzó, y, lejos aún,
la muerte ha de cansarse en nuestra espera.
Saramago
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